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El momento del parto es especial. Por fin, llegará al mundo el bebé que durante meses has sentido, has soñado y ya amas. La respiración durante el parto es una herramienta muy útil, no sólo por el aporte de oxígeno al bebé, sino también porque disminuye el dolor propio de las contracciones y consigue relajar a la madre.
Es importante que la madre esté relajada para poder centrarse en todo el proceso, bien es cierto que de una forma u otra el bebé nacerá igualmente, pero sí la madre está relajada podrá focalizar mejor los esfuerzos, podrá aplicar las respiraciones acordes a cada fase y tendrá un mejor parto.
Hay diferentes tipos de respiración: torácica, costal, abdominal, dorsal, soplido vela... Para simplificar y dar seguridad a la mujer en el momento del parto, se pueden dejar en tres, que son los principales y más importantes para ayudar a relajar a la futura mamá y a oxigenar al bebé: la torácica, la abdominal y la jadeante.
1. Respiración torácica. Se trata de coger aire por la nariz, llenar el tórax y después ir expulsando el aire poco a poco por la boca.
2. Respiración abdominal. Es similar en acción a la anterior, pero esta vez se hincha el abdomen y después se va expulsando el aire lentamente por la boca.
3. Respiración jadeante. Consiste en sacar el aire a golpecitos y haciendo un sonido de expulsión corto. No debe emplearse más de 4 segundos y siempre debe continuarse de una respiración profunda y lenta.
1. Fase inicial del parto. Es la fase lenta donde las contracciones son más o menos regulares y débiles. Estas contracciones tienen de 20 a 45 segundos de duración y aparecen con una frecuencia aproximada de 15 minutos.
En el inicio y al final de las contracciones, utilizaremos la respiración abdominal y en el transcurso de la misma, respiraciones torácicas.
2. Fase activa del parto. Se desarrolla con contracciones intensas y de unos 60 segundos de duración cada 3-5 minutos.
Utilizaremos la respiración abdominal o la torácica al inicio y al final de la contracción, y respiraciones jadeantes durante cada contracción.
3. Fase de transición. Las contracciones tienen una duración de unos 60-90 segundos y son más frecuentes, cada dos minutos más o menos.
Utilizaremos respiraciones jadeantes, pero para no hiperventilarse, han de ser combinadas con respiraciones abdominales o torácicas.
4. Fase de expulsión. Las contracciones vienen cada dos minutos, son fuertes y de más de un minuto de duración.
Lo importante es recuperarse tras cada pujo con respiraciones abdominales o torácicas, pues sólo tendremos dos minutos más o menos para reponernos. Durante el pujo, realmente no se respira, sino que se mantiene la respiración y se contiene el aire en los pulmones para poder hacer fuerza y expulsar al bebé.
Aunque parezca muy difícil a priori, podemos simplificar aún más. La respiración abdominal o la torácica se pueden utilizar tanto para el inicio y como para el fin de las contracciones y para los momentos de espera entre una y otra contracción. La respiración jadeante resérvala para las contracciones intensas. Practicando estas tres respiraciones, será más fácil para la mujer recordar qué respiración aplicar en los momentos adecuados y así cumplir dos de los objetivos más importantes en el parto, la relajación de la mujer y la correcta oxigenación del bebé.
Marián Zamora Saborit
Fisioterapéuta. Técnico en Pilates
Psicomotricista en Educación Infantil
Colaboradora de nuestro sitio
Blog de Marián Zamora
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